Cuando estamos buceando, la luz solar que va entrando en el mar va perdiendo su capacidad lumínica, porque realmente está compuesta por 7 colores (arco iris) donde cada uno se encarga de mostrar un haz diferente. La luz visible es un pequeño porcentaje del total y, los que no vemos, son infrarrojos y ultravioletas.

Los primeros colores que se ven afectados son los próximos al rojo y, a partir de cinco metros, van perdiendo fuerza. El naranja empieza a desaparecer a los diez metros y le siguen el amarillo y el verde.

Toda esta introducción para deciros que, una linterna en nuestras inmersiones, se convierte en un básico para descubrir los colores que ocultan las profundidades o cuevas submarinas de la Costa Brava.

Pero, ¿qué hay que tener en cuenta?

  • Sellado y resistencia: Que tenga una carcasa resistente a la presión y unas juntas estancas en los accesos a bombillas y batería.
  • Durabilidad: Que estén diseñadas para la ocasión en materiales fuertes.
  • Recargables: Lo mejor para los que bucean varias veces, tanto por tu economía como por el medioambiente.
  • Potencia: En cursos con una pequeña es suficiente, para los fanáticos de la oscuridad, lo mejor es una potente.
  • Bombillas: Hay halógenas y de xenón, pero consumen más. Las LED duran más y son más eficientes. También tenemos las HID que ofrece más luz con menos batería.