Hoy os hablamos de otro pecio de la Costa Brava, el Reggio Messina. Fue un transbordador que medía 122 metros de eslora, 6 de calado y 16 metros de manga dedicado a transportar trenes entre las ciudades italianas de San Giovanni y Messina. Posteriormente, una empresa lo compró como sala de fiestas pero los trabajos de adecuación terminaron por hundirlo en el Puerto de Barcelona. Más tarde, ya adquirido por la Generalitat de Catalunya, decidieron hundirlo para crear un biótopo marino artificial cerca de las Islas Medas para promocionar el turismo subacuático de la zona.

La zona donde acabó hundiéndose fue en la costa del Montgrí, a 2 millas del puerto del Estartit, cerca de La Foradada y en un fondo de arena a unos 32 metros de profundidad. La mala posición en la que terminó de hundirse y los grandes temporales han acabado rompiendo en 3 piezas el pecio hundido.

La pieza central mide unos 25 metros y se encuentra en mal estado con partes arrancadas, desplazadas y ya en el fondo marino. En la cubierta podremos encontrar langostas. La proa, también deteriorada, mide unos 20 metros y ya tiene sedimentos por las estructuras. En la cubierta principal podremos encontrar aún vías de tren que se conservan.

El casco lo encontramos a una profundidad de 24-32 metros con la popa apuntando al Castell del Montgrí. Podremos bajar directamente por un cabo unido al barco o, si lo preferimos, por la pendiente de la propia costa. Las salas del Reggio Messina y el mástil lo veremos rodeado de sargos, congrios y castañolas. La inmersión terminará subiendo por el mismo cabo o por la pendiente de costa y, desde ahí, podremos ver pulpos y morenas.

Podremos entrar, con una preparación adecuada, al interior del pecio hundido por un lado porque el sedimento se puede quitar fácilmente. Hay que ir con cuidado porque el riesgo de desorientación existe y también de engancharnos con algún elemento, aunque se quitaron las estructuras que podían dañar a los buceadores.

También hay que controlar el tiempo de inmersión evitando descompresiones largas, planificando perfectamente la ruta y ajustándose sin contratiempos a ella.