¿Ya sabías que, mientras buceamos, la luz solar que penetra en el agua acaba experimentando una pérdida de capacidad lumínica? Realmente, la luz blanca se compone de 7 colores: Rojo, naranja, amarillo, verde, azul, añil y violeta, actuando cada uno en una frecuencia distinta. Los colores que no vemos son los que están por debajo del rojo (infrarrojo) y encima del violeta (ultravioleta).

Los primeros colores a los que les afecta son los próximos al rojo. Bajando de los 5 metros van perdiendo fuerza y volviéndose más oscuros. El naranja desaparece a los 10 metros aproximadamente y, un poco más abajo, el verde y el amarillo.

Entonces, un foco de buceo es básico si queremos descubrir algunos colores ocultos en cuevas y lechos marinos.

¿Qué hay que tener en cuenta?

El sellado y la resistencia a la presión: La carcasa resistente a prueba de presión y juntas estancas en las zonas de la batería y las bombillas.

Durabilidad y confianza: Tienen que haber sido diseñadas en materiales sólidos como aluminio, acero inoxidable o titanio.

Baterías recargables: Lo mejor para los que bucean habitualmente tanto por razones medioambientales como prácticas.

Potencia y tamaño: Cuando realizamos inmersiones recreativas, un modelo pequeño y compacto va perfecto. Si eres un fanático del buceo nocturno o haces fotografías, una lámpara con un haz potente y amplio será la mejor opción.

Bombillas: Las halógenas y de xenón emiten una luz brillante pero consumen mucha batería. Las LED son mucho más duraderas y eficientes en cuanto a consumo de energía.

¿Qué mantenimiento necesitan los focos de buceo?

  • Al comprar una linterna con batería recargable, lo primero es leer las instrucciones de estas para conseguir el mejor rendimiento y alargar al máximo su vida útil.
  • Al terminar siempre hay que enjuagarla con agua dulce.
  • Revisar los contactos de la batería y limpiarlos con un pincel.
  • Quitar para revisar las juntas por si hubiera algún corte.
  • Guardar la linterna en un lugar fresco y seco alejada de la luz solar directa, bien protegida para que no sufra golpes. Lo mejor es guardarla en un estuche y, si vamos a estar mucho tiempo sin usarla, separar las baterías.