Usando el chaleco de forma adecuada, ajustándolo bien, y si es cómodo, puede durar muchos años de forma fiable.

No necesariamente tener un par de cierres rotos o algunas rozaduras signifique que haya que cambiar de chaleco. Es imprescindible confiar en nuestro chaleco para asegurarnos una inmersión cómoda y segura. Un fallo en el chaleco podría tener consecuencias graves y no deseadas, cuando más necesitamos controlar la flotabilidad. Es importante, por tanto, controlar el estado del chaleco así como su antigüedad.

Haciendo una inspección superficial del chaleco antes y después de usarlo puede ser suficiente para determinar su estado. Hay que revisar el estado del latiguillo de inflado hinchándolo completamente para revisar las costuras y que no haya pérdidas, así como asegurar el buen funcionamiento de las válvulas de descarga.

Es importante supervisar con cuidado y regularmente el estado del chaleco, aunque no tengan una vida útil explícita. Si se revisa con regularidad después de los primeros cinco años debería seguir siendo un chaleco fiable. Siempre se puede optar por un buen técnico de mantenimiento, que alertará de cualquier problema que pueda tener el chaleco.