Quizá el material o equipamiento más importante de cualquier buceador, ya sea en apnea o con botella, donde más atención debe prestar a la hora de elegirlo es la máscara de buceo. Es la herramienta principal con la que disfrutar de las maravillas que el mundo marino depara.

Hay diferentes características que hay que tener en cuenta: Protección térmica, comodidad de las aletas, flotabilidad, … que, de no ser bien elegidas, pueden ser un incordio obligando al buceador a tener que estar constantemente vaciando la máscara de buceo, desempañándola, …

Pero… ¿cómo sé cuál es la más cómoda y que no entrará nada de agua?

Hay diferentes tipos: Mono cristal, bicristal, con siliconas negras o transparentes, con marco, sin marco, diferencias en el campo de visión, … Pero el primer parámetro a tener en cuenta es la lente de la máscara de buceo, tiene que ser de cristal templado para evitar que se empañen con mayor frecuencia y que sea resistente al rayado. También proporciona una visión nítida.

¿Cómo sé el tipo de lente? Golpeando con la uña el cristal, siendo el sonido agudo. La de cristal, por ejemplo, estará mucho más fria y también será más pesada.

Posteriormente hay que fijarse en el faldón, que es la parte fijada a nuestra cara. Tiene que ser de silicona y no de plástico, para evitar un deterioro rápido. Lo más importante… comprobar si se adapta a nuestra morfología facial y así evitar la inundación constante en las inmersiones.

Proceso para probar la máscara de buceo

  • Sujetamos la máscara en la cara, sin colocar la correa de silicona y comprobamos que:
    • La silicona no se dobla
    • Se asienta en frente y pómulos
    • No está demasiado cerca de los labios
  • Inhalamos por la nariz y quitamos las manos. Si queda fija en la cara, hace su función de ventosa correctamente.

Ahora hay que ver si estamos cómodos con la máscara de buceo elegida poniéndonos la correa de silicona por detrás de la cabeza y ver si:

  • El faldón de silicona no entra en contacto con la línea del cabello por la frente.
  • La correa no toca ni molesta en las orejas.

ahora hay que volver a inspirar aire y nos apretamos la máscara contra la cara, como si estuviésemos sumergiéndonos bruscamente y vemos si la montura nos molesta ni en el entrecejo ni en el puente de la nariz.

Si no molesta y hace perfectamente el efecto ventosa, hay que «compensar» como si descendiéramos: Hay que pinzar ambos orificios de la nariz sin problema alguno. Si lo conseguimos, seguimos adelante.

Finalmente, miramos a los lados, arriba y abajo: ¿Ves bien? ¿Tienes campo de visión correcto? ¡Ya tienes máscara!

Ya pero… ¿Cómo hago para que no se empañe mi máscara de buceo?

Fácil y sencillo. Por norma general, las máscaras de buceo ya vienen de fábrica con una muy fina película protectora de grasa de silicona casi imperceptible al ojo humano. Esta capa evitan que las lentes se rayen con facilidad al llevarlas a los propios comercios. Esta protección es lo que hay que eliminar antes de usarla por primera vez. Si no lo hacemos, el empañamiento puede se constante y inevitable. ¿Cómo quito esa capa?

  • Usando disolvente o quita grasas POCO abrasivo
  • Con la llama de un mechero, calentar las lentes con cuidado
  • Usar pasta de dientes en la zona de fuera y de dentro, se deja secando un par de días y se enjuaga posteriormente

Una vez retirada la capa, vertemos en la lente algún producto previsor de la formación de vaho. Hay productos comerciales o incluso el champú para bebés sirve. Con una gota, frotando y enjuagando lo conseguiremos.

Lo más sencillo es usar nuestra propia saliva, nunca falla y siempre la tenemos a mano. Se escupe en la lente, se frota y se enjuaga.